Esta semana se están aplicando restricciones de calado a lo largo del Canal de Panamá, ya que la sequía vuelve a azotar una de las arterias marítimas más importantes del mundo.
Con la caída de las lluvias en un 50% en comparación con los promedios recientes de febrero a abril, la Autoridad del Canal de Panamá se vio obligada a instituir dos medidas de restricción preliminares, la primera este miércoles seguida de otra el próximo lunes. Es posible que haya más restricciones, ya que los meteorólogos advierten que las profundidades del agua en el lago Gatún, que se encuentra en el centro del canal, podrían alcanzar mínimos históricos en julio.
A partir del 24 de mayo, se permitirán calados de hasta 13,56 m a los buques neopanamax, frente a los 13,72 m ya restringidos. La próxima semana esto se reducirá a 13,41 m, lo que significa que algunos buques portacontenedores deberán viajar a través de la vía fluvial con un 40 % menos de carga. Varios transatlánticos globales han reaccionado a las restricciones anunciando recargos, mientras que los cargadores están considerando la ruta de todas las aguas desde Asia a la costa este de los EE. UU. a través del Canal de Suez como una alternativa en los próximos meses.
El transporte marítimo ha tenido que lidiar con sequías similares desde que se amplió el canal hace siete años y las imágenes de tocones de árboles que se elevan desde el lago Gatún se vuelven comunes. Lo que hace que el período seco de este año sea más preocupante es que los meteorólogos pronostican el inicio inminente de El Niño, un patrón climático que generalmente trae condiciones más secas de lo normal en gran parte de América Central.
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