La terrible situación criminal en los principales puertos de Brasil ha obligado al presidente del país a desplegar el ejército.
Luiz Inácio Lula da Silva anunció ayer que el ejército intervendría para ayudar en la seguridad de los principales puertos y aeropuertos del país durante un período inicial de seis meses. Los puertos son Santos e Itagüí, conductos para el comercio mundial de cocaína, así como puntos de entrada para un volumen creciente de armamento ilegal utilizado por las bandas criminales del país.
La mayor parte del comercio internacional de drogas de cocaína fabricada en Colombia, Perú y Bolivia pasa por puertos brasileños, encabezados por Santos en el estado de São Paulo.
São Paulo es sede de la mayor organización criminal de Brasil, el Primer Comando de la Capital (Primeiro Comando da Capital – PCC), que se ha convertido en un actor esencial en el suministro del mercado europeo de cocaína, valorado en más de 10.000 millones de dólares, según datos aduaneros recientes sobre incautaciones de cocaína y Estudios de investigación sobre drogas ilegales.
Según la Cámara Naviera Internacional, casi el 90% de toda la cocaína, el 45% de todo el cannabis y el 30% de todos los estimulantes de tipo anfetamínico se trafican por mar.
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