Tras el presunto sabotaje de un gasoducto que conectaba con Estonia, Finlandia está tomando medidas de emergencia para proteger la infraestructura energética nacional.
Se está restringiendo el acceso a una parte del puerto de Inga, que alberga una de las dos terminales flotantes de GNL del país. En total, el gobierno finlandés ha identificado 230 sitios a los que restringirá el acceso por temor a un sabotaje ruso.
El gasoducto Balticconnector se cerró hace ocho días por temor a una fuga de gas por un agujero en el gasoducto de 77 kilómetros. El operador finlandés Gasgrid dijo que la reparación podría llevar meses o más.
“Es probable que los daños tanto al gasoducto como al cable de comunicación sean el resultado de actividades externas. La causa del daño aún no está clara, la investigación continúa en cooperación entre Finlandia y Estonia”, dijo el presidente finlandés Sauli Niinisto en un comunicado la semana pasada.
El año pasado, los gasoductos Nord Stream bajo el Mar Báltico entre Rusia y Alemania resultaron dañados por explosiones (en la foto) que las autoridades determinaron que fueron causadas por actos deliberados de sabotaje.
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