El pensamiento crítico importa en el puente
Una de las habilidades más importantes que debe poseer un oficial de barco es su capacidad para reconocer cuando algo está fuera de lugar. Si no piensas mucho en lo que estás haciendo, reconocer tus errores se vuelve casi imposible. Se requiere pensamiento en cada paso de cada proceso realizado en el puente.
Con todos los dispositivos modernos que usamos para navegar y evitar colisiones hoy en día, es muy fácil caer en la trampa de ser reactivos a los deseos de las máquinas sin pensar mucho en el resultado de nuestras acciones. Como Instructores necesitamos reforzar constantemente el papel que juega el pensamiento crítico en nuestra profesión. Necesitamos asegurarnos de que nuestros estudiantes comprendan que la forma en que el proceso siempre debe funcionar es que el equipo esté allí para respaldar su proceso de toma de decisiones y no al revés.
El proceso hace 30 años era muy diferente al de hoy. Trazamos manualmente otros barcos en nuestra pantalla RADAR con un lápiz de grasa. Dibujamos líneas de rumbo en cartas de papel. Las correcciones a las cartas de papel se aplicaron a mano. Calculamos rumbo, distancia y nuestra hora de llegada. Nuestra posición fue algo que elaboramos, no algo que nos dijeron. El tiempo también era algo de lo que éramos mucho más conscientes. Calculamos la hora de salida, puesta del sol y mediodía aparente local. Estábamos mucho más en sintonía con el movimiento del sol, las estrellas y los planetas porque los usábamos para fijar nuestra posición todos los días. La tecnología ha transformado la vigilancia del puente en una actividad mucho más pasiva. Pasamos más tiempo observando el equipo que participando activamente en el proceso y esto genera complacencia.
A medida que capacitamos a la próxima generación de navegantes, debemos asegurarnos de que su comprensión del equipo vaya más allá de qué botones presionar. Igual de importante es cómo interpretamos los datos tal como se nos presentan. Siempre debemos enfatizar que la salida que recibimos de cualquier máquina se basa en la entrada. El hecho de que vea algo en un RADAR o en una pantalla ECDIS no significa que sea la verdad absoluta. Estas máquinas tienen una variedad de dispositivos de entrada que pueden estar sujetos a errores o requerir un análisis adicional por parte del usuario. Un ejemplo de esto sería la entrada de velocidad. El uso de la velocidad sobre el fondo o la velocidad a través del agua como entrada puede, en algunos casos, cambiar significativamente la salida de su ARPA. Incluso si ambas entradas son cien por ciento precisas, representan dos condiciones diferentes que pueden alterar la salida. No tener esto en cuenta puede dar lugar a una interpretación incorrecta de los datos que se muestran.
Enseñar la Knobología a nuestros alumnos suele ser bastante fácil. Nuestros estudiantes han crecido en un mundo de computadoras, tabletas y teléfonos inteligentes. El segmento del operador rara vez es un problema. Esto nos permite pasar la mayor parte de nuestro tiempo mirando los detalles de cómo está configurado el equipo. En todos nuestros laboratorios, los estudiantes pasarán casi tanto tiempo configurando el equipo como en marcha. Se requiere que los estudiantes observen todas las entradas y se aseguren de que estén configuradas correctamente para las condiciones actuales. Examinan la geometría satelital del GPS para determinar su nivel de precisión.
Ellos determinarán qué información se muestra, así como la configuración de la alarma. Los estudiantes son observados por el instructor mientras configuran el equipo y durante la parte en curso del ejercicio. La evaluación final del estudiante no se basa solo en el éxito del viaje, la eficiencia de cómo usaron el equipo es igual de importante. Al exigir este nivel de configuración cada vez, se espera que los estudiantes asuman un papel más activo y se acostumbren a pensar constantemente si la configuración actual de la pantalla les brinda o no toda la información que necesitan. Programar el equipo cada vez que lo usan les da propiedad; los obliga a pensar.
Cuando enseño a evitar colisiones, solicito a los estudiantes que me digan cuál creen que es el nuevo curso antes de que lo escriban en papel o realicen una maniobra de prueba en el ARPA. Mi objetivo es que adquieran el hábito de pensar en ello antes del cálculo, de esa manera, si cometen un error, será mucho más fácil reconocerlo. Piensa antes de ejecutar.
La pregunta que debemos hacernos constantemente es, ¿estoy usando este equipo para tomar una decisión informada o estoy siguiendo ciegamente su dirección? Si no participamos plenamente en el proceso de toma de decisiones, nunca podremos reconocer cuándo algo no está bien. La tecnología no nos exime de nuestra responsabilidad de pensar.
Tal como se publicó en la edición de abril de 2023 de Maritime Reporter & Engineering News
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