La empresa química alemana BASF y la empresa energética compatriota RWE han unido fuerzas para electrificar el sitio químico de Ludwigshafen con 2 GW adicionales de energía eólica marina.
El proyecto, anunciado el viernes, tiene como objetivo cambiar los procesos de producción de productos químicos básicos, que actualmente se basan en combustibles fósiles, y permitir la producción de hidrógeno sin CO2.
Los directores ejecutivos de BASF y RWE han firmado una carta de intención que cubre una cooperación de amplio alcance para la creación de capacidades adicionales para la electricidad renovable y el uso de tecnologías innovadoras para la protección del clima.
Según BASF y RWE, estos planes podrían resultar en la evitación de alrededor de 3,8 millones de toneladas de emisiones de CO2 por año, de las cuales 2,8 millones de toneladas se realizarían directamente en BASF en Ludwigshafen.
No se necesitarían subsidios públicos para la construcción del parque eólico, lamentaron las dos empresas.

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